FIRST DANCE -Capitulo 21
Desperté totalmente desorientada, no sabía dónde estaba, miles de personas que jamás había visto en mi vida, estaban a mi alrededor hablando entre ellas ignorándome completamente. Me quedé en silencio para observar más la situación hasta que una mujer de delantal blanco con unas notas en su mano me miró de reojo y luego volteó a mi apresuradamente.
-Ya despertó – masculló en voz baja haciendo que el resto de personas voltearan a mi – ¿Cómo te sientes linda? – dijo tiernamente
-Eh... yo – alcancé a mascullar antes de que otra mujer tocara mi frente y luego se acercara a observar mi brazo lleno de cables y una aguja enterrada en la parte media. Giré la cabeza hacia otro lado, odiaba completamente las agujas.
- Todo sigue estable, pero no podrá irse tan pronto – respondió la mujer por mí.
- ¿Qué pasó? ¿Por qué estoy aquí? – pregunté algo asustada, obvio, dormir en mi cama y despertar en lo que parecía un hospital no era algo que hacia comúnmente.
- Tuviste una baja… un desvanecimiento – dijo acariciando mi cabello
–pero no te preocupes ya estarás bien – trató de decir calmada, luego se giró hacia otras enfermeras a hablar con ellas.
- ¿Desvanecimiento? ¿Por qué? – seguí insistiendo pero no recibí ninguna respuesta de las personas a mi alrededor.
- Hola, soy el Dr. Russell, yo te atenderé los días que te quedes aquí – sonrió – ahora te haré unas preguntas para ver si estás consiente – asentí en silencio mientras el ojeaba unos papeles, ¿consiente? Obvio que estaba consciente, solo quería que alguien me explicara que había pasado.
- Am disculpe… - balbuceé hasta que me interrumpió
- ¿Qué edad tienes? – preguntó enseguida
- 16 – respondí
- Me dijeron que no eras de aquí, ¿Qué estás haciendo en Canadá? – sonrió dejando de lado sus notas
- Soy bailarina, trabajo en la gira de Justin Bieber – dije algo sentida, luego reaccioné – ¡La gira! – me senté en la camilla donde antes estaba recostada – Hoy es el primer concierto – dije acomplejada
- Más bien era el primer concierto – recalcó – supongo que ya terminó, son mas de las 3 de la mañana... ahora vuelve a recostarte por favor, tienes que estar en reposo –me recosté nuevamente haciéndole caso – Bien… al parecer estás consiente de todo – dijo algo extrañado
Bien, según lo que tenía claro estaba en una clínica porque algo, que aun no me decían, me había pasado, no había asistido al concierto y tenía miedo de estar sola en ese lugar. Al lado de mi camilla había un enorme ventanal que reflejaba todas las luces de la ciudad abajo, me dediqué a mirar hacia ese lugar mientras los doctores y enfermeras seguían haciéndome pruebas.
Cuando por fin me había quedado sola volvió a entrar el mismo doctor.
- Fate, tus padres están aquí – sonrió volviendo a salir, seguramente a buscarlos.
- ¿Qué hacen aquí mis padres? – pregunté asustada, quizá había sido algo serio, no iban a viajas a Canadá por nada.
- Fate - masculló mi padre en cuanto me vio, mi madre iba a su lado con un pañuelo en su mano y los ojos hinchados, caminaron hacia mí y mi abrazaron entre ambos.
- Ok… esto es raro – les respondí y ellos rieron
- Ah Fate, tenía tanto miedo – dijo mi Mamá volviendo a derramar lagrimas, mi papá solo me miraba preocupado.
- Ya, suficiente – los detuve – ¿Qué fue lo que pasó? – dije sería, nunca había visto a mis padres tan mal por mi y sinceramente no me agradaba verlo.
- Bueno… según lo que nos contaron, te desmayaste en la habitación – dijo entristecido
- ¿Eso fue todo? ¿Me desmayé? – dije algo molesta
- No, no – intervino mi madre – Al parecer al caer golpeaste tu cabeza… te harán unas pruebas para saber si estás bien
-Ahmmm… ¿Y por qué me desmayé? – seguía insistiendo, ellos se miraron y recién ahí comencé a prestar importancia al asunto.
- Bueno, te detectaron un caso de Anemia medio – respondió mi Papá en un extraño tono
-¿Y eso es grave? – traté de parecer calmada
- Si es que no se trata con cuidado y te cuidas lo suficiente si, puede ser grave – volvió a responder, mi madre caminó hasta un sofá en la habitación y se quedó ahí sentada durante mucho rato, mientras tanto yo hablaba con mi papá un par de cosas sin importancia.
- ¿Tendré que volver a casa? – dije con la vista gacha
- Si Fate, tu salud está muy delicada, no podrás bailar por un tiempo hasta que tu salud esté estable – respondió en un tono duro, asentí con la cabeza, mis ojos se cristalizaron, no quería irme a casa y dejar todo lo que había pasado acá.
-Está bien – respondí rendida. Luego abrieron la puerta
- Lo siento, se acabó la hora de vivitas – dijo el Dr. Russell en cuanto entró, mi padre asintió y mi madre se levantó de su asiento caminando hacia mí.
- Buenas noches cariño, descansa – dijo mi madre besando mi mejilla.
- Estaremos mañana a primera hora para acompañarte – agregó mi papá – Te queremos – besó mi frente y salieron junto al Dr.
Esto me superaba, mis padres estaban acá, mamá había dejado sus negocios en casa y mi padre su empresa, siempre había pensado que eso era más importante que sobre todas las cosas. No podía quejarme de que mis papás no me querían, lo que pasaba era que toda mi vida pase creyendo eso y que me lo demostraran ahora era muy raro para mí.
Las horas pasaban y no podía dormirme, observaba cada cosa de la habitación, me percaté de que había una maquina que monitoreaba el palpitar de mi corazón, me quedé mirándola hasta que comenzó a darme sueño, me estaba quedando dormida cuando un rayo de luz proveniente de la puerta abriéndose me dio en el rostro. Entró silenciosamente mirando a ambos lados, sabía perfectamente quien era, cerré mis ojos haciéndome la dormida, pude percatar de que me miró durante bastante rato y luego se sentó en una banca a mi lado. Podía sentir su respiración muy cerca de mí, podía sentir su vista que no se despegaba de mi rostro y podía sentir sus manos moviéndose nerviosamente enredadas entre ellas. No resistía la tentación de abrir los ojos y mirar su cara, me resistí un momento más hasta que ya fue imposible y lo miré.
me encataa seguilaa :D
ResponderEliminarsiguela soi la de LittleConii de twitter
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